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Técnica de la Tortuga y Autocontrol para niños

Desde este blog deseo ofrecerte una gran cantidad de prácticas Montessori con las que ayudar a tus hijos, hijas o alumnos en su día a día. Gracias a las ventajas que ofrece internet es posible disfrutar de este curso de educación emocional online cómodamente desde casa. En él te acerco muchísimas actividades de educación emocional, entre otras cosas,  para poder lidiar realmente con los desafíos de una familia del siglo XXI. 

En la pedagogía Montessori los niños y niñas trabajan desde el inicio más temprano la conquista de su autonomía, la creatividad y toda clase de habilidades sociales que les permite en el futuro evitar posibles trastornos y problemas de motivación. Los frutos de esta educación se disfrutan especialmente el día de mañana gracias al tiempo de calidad que experimentan en los años más importantes de sus vidas.

En la educación Montessori hablamos siempre de la conexión mente, cuerpo y corazón, por ello es un método con una visión integral y holísitca. En este artículo quiero profundizar en la técnica de la tortuga, una estrategia emocional muy simpática y valiosa que ayuda a los niños y niñas a gestionar el estrés y desarrollar habilidades emocionales cruciales. Si quieres saber cómo puede beneficiarse tu hijo de la técnica de la tortuga, aquí encontrarás algunos detalles.

Cuál es la técnica de la tortuga

La técnica de la tortuga es un método muy utilizado en psicología para ayudar a los niños y niñas a que puedan gestionar sus propias emociones y sentimientos a través del autocontrol y la representación de dicho animal. A pesar de que esta técnica está recomendada para cualquier persona, lo cierto es que brilla especialmente en aquellos que tienen dificultades a la hora de gestionar la ira u otros sentimientos incómodos.

De hecho, la técnica de la tortuga debe su nombre a que se basa en un cuento, por lo que podemos deducir que de aquí se va a desprender una buena moraleja. Los cuentos han gustado siempre a todos aunque especialmente a los niños y niñas de todas las culturas y edades. Ya que en la narrativa descubren, sienten y adquieren nuevos conceptos prematuros. Es algo intrínseco en todas las culturas desde la antigüedad.

Por este paralelismo que la técnica de la tortuga guarda con los cuentos es especialmente útil hasta que el niño cumple los 9 años aproximadamente. Por otro lado, no creas que la técnica de la tortuga consiste en leer un cuento y ya está. Esta técnica cuenta con una serie de pasos que los padres y madres deben seguir con sus hijos e hijas si se quieren beneficiar de todas sus ventajas.

Pasos de la técnica de la tortuga

El primer paso que debemos llevar a cabo es leer el cuento. Puedes aprovechar cualquier situación, por ejemplo, antes de ir a dormir y usualmente ya sabes que les gusta volver a escuchar la historia. El propósito del cuento es que el niño o la niña comprenda la importancia que tienen las técnicas de autocontrol.

Con el cuento leído, el siguiente paso consiste en ayudarle a adaptar una postura en concreto. Esta postura es, con los ojos cerrados, pegar los brazos al cuerpo y bajar la cabeza hasta que se introduzca entre los hombros como si se tratase de una tortuga. Siguiendo con la postura de la tortuga, también se debe replegar y encoger las piernas como si estuviera dentro del propio caparazón de la tortuga.

Una vez que ya tenga la pose adoptada, el siguiente paso consiste en aplicar la técnica en situaciones neutrales, es decir, sin esperar a que surjan los enfados por su aplicación. Con esta postura se pretende analizar la analogía que existe con la tortuga. El repliegue que hace la tortuga cuando esta se refugia en su caparazón ante un estímulo externo lo hace cuando se siente amenazada. Esto mismo lo puede llevar a cabo el niño si experimenta una emoción que no sabe controlar. ¡ Aunque hemos de ejemplificarlo los adultos antes !

Todos estos aspectos se deben interiorizar y para lograrlo de la mejor forma posible, la solución es recurrir a un juego. Cuando digamos la palabra “tortuga”, el niño o nosotros debemos adoptar la postura anteriormente señalada. Al adoptar esta postura le enseñamos un proceso de aprendizaje a través del cual debe prestar atención a su cuerpo y ver cómo la ira va disminuyendo poco a poco cuando respiramos en esta posición.  Al meterse en el “caparazón”, el niño evita que las emociones ganen intensidad a la par que van disminuyendo con el tiempo. Aunque siempre va a depender del carácter y de la situación este ejercicio nos ayudará a entablar temas de conversación y ser modelos ante la escucha interior. 

Una vez que el niño tiene interiorizado este proceso se puede avanzar un poco más para enseñarle a relajarse. Para lograr esto debe aprender alguna técnica sencilla de relajación muscular que memorizará mediante la repetición. Una técnica sencilla consiste en enseñarle a tensar y relajar los músculos siendo consciente de las sensaciones que experimenta mientras lo hace y respira de forma lenta y profunda.

La siguiente fase es premiar con un refuerzo positivo, como un buen plan familiar por ejemplo. Lo ideal será que surja como algo esporádico cuando por iniciativa propia, sin depender a que nosotros, surja la posición de la “tortuga”. El paso final consistiría en que aprenda y comprenda la importancia que tiene escuchar nuestro interior para poder controlar nuestros impulsos. Gracias a esta técnica adquirida, tendrá un mayor control o al menos entreno en la escucha del plano emocional. Existen muchos otros ejercicios que podemos hacer desde el hogar que comparto en todos mis cursos. La educación emocional es importantísima si queremos ofrecer las bases necesarias antes de la adolescencia. 

Beneficios de la técnica de la tortuga en los niños

Para poder valorar mejor o comprender la importancia que tiene la técnica de la tortuga en el desarrollo de los niños y niñas, es importante prestar atención a los beneficios con los que cuenta.

Uno de los beneficios más importantes que tiene este ejercicio es que les ayuda a identificar sus emociones como una actividad lúdica en familia, sin que caigamos en el sermón. Algo que parece tan simple pero que es tan complejo para todos y todas. Esta técnica enseña a los niños a identificar emociones que han experimentado o están experimentando, lo que supone el primer paso para poderlas gestionar más adelante. Pero recuerda, tu ejemplo es lo primordial.

Poder detectar emociones con las que no nos sentimos cómodos es fundamental para mejorar el autocontrol, que se traduce a una mayor salud mental y calidad de vida. Identificar emociones como la ira o la tristeza y reaccionar ante ellas es una función de la parte prefrontal de nuestro cerebro. ¡Y es muy difícil evitar que nuestra cerebro reptil no nos secuestre! La técnica de la tortuga le puede ayudar entrenar el ímpetu de esta cascada emocional que todos sentimos cuando hay un disgusto. 

Otro de los beneficios que se desprenden de todo esto es que aprenden a calmarse por su propia cuenta. Gracias a la técnica de la tortuga pueden calmar sin depender de que un adulto les ayude o intervenga directamente. 

Les ayuda a entender el significado profundo de lo que es relajarse o protegerse, conectar con uno mismo. Como hemos visto en los pasos anteriores, podemos implementar en la misma técnica ejercicios de relajación. 

Todo ello es un entreno grandioso. Así ayudamos de una forma práctica y real al niño y a la niña a controlar sus impulsos, calmar sus emociones y pensar con claridad. Tener automatizados estos procesos en la vida de adulto les ayudará a responder mejor ante situaciones de estrés y, por ejemplo, mostrarse mucho más seguro o calmado ante situaciones complicadas como pueden ser un examen o una entrevista de trabajo.

La técnica de la tortuga y el autocontrol también sirve a los niños para desarrollar su empatía tan característica de la inteligencia emocional. Durante la etapa infantil la empatía es algo que no se encuentra muy trabajado en los más pequeños, por lo que la técnica de la tortuga es estupenda para que los niños comprendan mejor toda la gama de emociones de los demás

En definitiva, nos encontramos ante una técnica de lo más eficaz que ayuda a los niños a desarrollar su autocontrol y autorregulación. ¡Existen muchas más! Esta técnica se puede perfeccionar con la práctica y, como hemos visto, sus beneficios llegan hasta la vida adulta. Con el paso del tiempo y la práctica de la técnica de la tortuga y el autocontrol, aprenderán a gestionar sus emociones sobretodo a identificarlas de forma saludable y evitarán llevar a cabo comportamientos impulsivos.

La técnica de la tortuga y autocontrol es una herramienta de lo más valiosa para ayudar a los niños y niñas a desarrollar las habilidades emocionales que tanto necesitan para tener éxito a lo largo de su vida de hoy y mañana.

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